domingo, 15 de enero de 2012

Tan cerca...

¡¡Oh, oh!! Pensé. ¡¡¡Había roto aguas!!!

Cuando le dije a tu padre que había llegado el momento (jeje) la cara se le desencajó. Así que salimos corriendo. Creo que no respetó ni un solo Stop.

Llegué y directa al paritorio. ¡¡¡¡Uffff, qué dolores más grandes!!!! Nada en comparación con…pero no pasaron más de dos horas…ni dos horas.

Tan lejos…después de haber estado tan cerca de ti, hubiéramos sido una, tu y yo, nosotras.

De nada sirvió luchar tanto, y no puedo evitar seguir imaginando como hubieras sido si al salir de mis entrañas, lloraras. Te imagino continuamente: tus ojos negros, pequeños y redondos; tus labios, finos y acaramelados; tus deditos, pequeñitos pero revoltosos; tu pelo, negro y rizado, con tirabuzones.

Linda princesa mía…me quedé vacía sin ti.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Tú no me quieres

Ya sé que es lo que ocurre…tu no me quieres. Me engaño cada mañana creyendo que estas conmigo porque me quieres, pero no…una vez mas me equivoqué. Una vez más volveré a colgar mi vestido blanco. Convertiré los anillos en simple líquido dorado y cerraré esta puerta para no volver a abrirla más.
Me abrasas cuando me dices que no te quieres casar, me desgarras las ganas cuando me dices que…cuando simplemente sonríes para hacerme callar, o para sincerarte con la mentira.
Lo siento, lo siento y mil veces lo siento.
Tus manos me han acariciado el alma como estrellas de cinco puntas, afiladas y sin compasión. Y todo porque…y todo porque no me amas.
Ya no quiero estar a tu lado, porque ya me cansé de escuchar tus palabras sin sentido, tus visiones de futuro enmascaradas por la mentira…tus dudas.
Porque esto que recorre mi cuerpo no es solo sangre, es vida. Deja de desgarrarme, deja de arrebatarme lo que es mío.
Nunca compartimos nada…nunca quisiste compartir nada. Ni un sueño, porque “lo mismo no se cumple”, ni un lugar, porque “lo mismo aún no es el momento adecuado”.
Que sin sentido lo que escribo…más sin sentido es estar a tu lado sin sentirme querida. He añorado palabras bonitas que me hicieran sentir bien. Me hubiera encantado que en alguna ocasión me hubieras llamado solo para decirme que soy guapa, o que deseas verme, no para dirigirte a mí como una muñeca fea de usar y tirar.
Me hubiera gustado que proclamaras a los cuatro vientos que me quieres, pero…se me olvidaba que no me querías.

No te preocupes, ya me encargaré de esparcir las flores que nunca me regalaste por nuestra tumba. Ya solo quedará un intenso silencio…el mismo que bendijo nunca relación, el mismo que sellará nuestras palabras de por vida.

jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Y por qué?


Junto a la playa, con un sol impresionante:


- No me dices cosas bonitas…¿Me quieres?
- Si.
- ¿Por qué?


Agacha la cabeza, y con la mirada fija en el suelo, contesta: No lo sé.
Seguidamente se hace un pequeño silencio, y mientras me mira de reojos, susurra: Eso es lo bonito.

No es necesario que las palabras bonitas broten de sus labios continuamente, aunque de vez en cuando me guste escucharlas.
Permanecer a mi lado cuando lo necesito, escucharme, o simplemente mirarme, es el regalo que cada día me ofrece. Es el regalo que cada día necesito.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Toma mi mano, no la sueltes...


Dime de qué manera debo explicarme lo que ocurre. En ocasiones, cuando miro al espejo, veo mi reflejo y pienso: soy fuerte. Pero…¿Qué significa ser fuerte? ¿Significa quizás ser capaz de compartir a esa persona a la que quieres?
En ese momento pienso que puedo con todo, sin embargo, cuando miro mis manos, cuando comienzo a sentir dolor, me doy cuenta de que soy una persona, de que siento, de que sufro, no sé como explicármelo, no sé como hacerme creer a mi misma que tengo fe, que debo de tener fe en ti. Me lo repites una y otra vez, pero…al fin y al cabo…¿Quién es la persona que duerme a tu lado? Porque yo no soy. Qué difícil entonces es tener fe en ti.
Con cada caricia me das la vida, y en cuanto das la media vuelta, para volver con ella, me la quitas. Mientras dices que te mueres por mis besos, en realidad la besas ella…dependes de ella. Depende de cómo se encuentre ella ese día, de lo que te pida.
Explícame tu, explícame como arrancar este dolor, esta duda, esto que lentamente se hunde en mi pecho, esta soledad. Te comparto sin remedio, tu cuerpo se divide en dos. En ese momento mis ojos se cierran, mis palabras suenan en el silencio, mi alma se rompe, se desmorona.
¿Piensas entonces que es fácil tener fe en ti?
A veces pienso que este dolor cesará, que algún día llegaras para quedarte a mi lado y no irte más. Que dejarás por una vez que seamos uno.
De nada me sirve despertarme cada mañana con una nueva ilusión si después…después las pisoteas. De nada me sirve.
Imagino que algún día me podré despertar sin miedo a que no estés a mi lado, sin miedo al que dirán, sin miedo a que mi alma se vuelva a romper.

Hoy me he dado cuenta que tener fe en ti me ha dado el tiempo para esperar, y me ha dado la luz para poder mirar en tus ojos, para que pudiéramos hablar con las miradas, para besarnos en las distancia.
Un día nuevo ha amanecido. Siento una nueva sensación, alguien me da calor, alguien roza mi mano y la aprieta fuertemente. Con miedo, con incertidumbre, miro a mi lado…y estas tú. No te vuelvas a ir…

“Desear lo difícil te hace luchar aún más para poderlo conseguir. Cuando lo tienes, el valor se multiplica. Espero que tanto valor sea compañero de la felicidad”

domingo, 24 de agosto de 2008

Triste sentimiento de soledad.


Si en algún momento te sientes solo o sola, recuerda:
“La soledad es llamar por teléfono, y comprobar que no hay nadie al otro lado, que no contestan. Soledad es estar en casa, y que no haya nadie a tu lado. Soledad es tener que sobrellevar momentos difíciles y no poder acudir a nadie.”

Recapacitar sobre estas palabras, en más de una ocasión nos ayudará a darnos cuenta de que la soledad no estaba tan cerca como pensábamos.

Piensa, si, tú que lees, piensa que deberías dar gracias porque hay muchas personas que cada mañana que se despiertan, lo primero que hacen en pensar en ti. Hay personas que no descansan hasta que llegas a casa, o simplemente desean desayunar contigo para poder disfrutar de tu presencia aunque solo sea ese rato. Seguro que alguien deja todas sus tareas a un lado para escucharte y descubrir que te ocurre porque solo con mirarte ya sabe que te encuentras mal.

Indudablemente, hay días en los que, por algún motivo, los ánimos se encuentran a la altura del suelo, y todo nos parece desastroso. Añoramos todo aquello que ya no tenemos, lloramos por la ausencia de los que aún queremos, y acabamos maldiciendo…a la soledad.

Ante esto, piensa en lo que te digo…¿Sigues estando solo/a?

martes, 12 de agosto de 2008

¡Pégame! Eso no es lo que me duele.


Hoy me ha dicho que me quiere, sé que se arrepiente, que me ama. Es normal que ayer me gritara y me golpeara fuertemente. Lo entiendo, se tenía que desahogar…había tenido un mal día. Sé que se arrepiente.
Mi hijo, mi querido hijo, mi nueva esperanza… ya no nacerá, las patadas y puñetazos me han provocado un aborto, pero sé que se arrepiente.
Hoy en la tarde de nuevo sus lindas palabras se han convertido en gritos, insultos, desprecio hacia mí. Sus caricias son golpes, golpes que ya no duelen. Pero me ha pedido perdón, sé que se arrepiente, que me quiere.
Ya mis tacones no se escuchan por la casa, ahora sólo se oyen mis lamentos, muerta de dolor, envuelta en lágrimas, y sin aire, pero no le doy importancia, sé que me quiere, él me lo ha dicho, que sin mí no puede vivir…pero yo a su lado tampoco.
¿Qué es eso que nos separa? ¿Qué ha pasado para que, aún pegándome, aún sintiendo su puño sobre mi pecho, sienta que no me toca?
Sus golpes cada vez son más fuertes, sus disculpas, cada vez más frecuentes. Ya no distingo sus golpes de sus abrazos, sus órdenes de sus consejos, ni siquiera distingo si grita o si me susurra, porque todo me duele…todo me hace cada vez más pequeña, más indefensa, más atada a él…porque me encierra, no me valora, me insulta, me quema, me ridiculiza, me aprieta, me patalea, me empuja, me arranca los pelos, me prohíbe hablar, me amenaza con hacerme daño a mí y a los que quiero, me...me mata lentamente.
Por fin, hoy, por fin, todo ha acabado, ahora ya no sirven de nada sus arrepentimientos, sus súplicas de perdón…porque ahora sí descanso en paz.

A todas aquellas mujeres que son maltratadas y que viven en eterno sufrimiento.

martes, 15 de julio de 2008

Simplemente, ella.


No me digas que es lo que te duele, no me lo digas, lo sé.
No me digas que has hecho, que no has hecho…porque lo sé.
Tus palabras no me dicen nada de ti, tu mirada sí.
¿Recuerdas cuando decías que no querías ir conmigo de paseo, que te aburrías? No te preocupes, yo aún sigo esperando que quieras venir conmigo, porque yo sí te acompañaré en tu paseo, y te escucharé cuando necesites alguien a tu lado.
¿Recuerdas cuando cogía tu ropa a escondidas porque no me la prestabas? No te preocupes, para que no te enfades, yo hoy sí te dejo mis pendientes…
¿Sabes por qué? Porque las personas crecemos día tras día, paso a paso, y te das cuenta de que en la vida hay personas a las que quieres, a las que te enganchas sin querer, en mi caso, porque ya viniste dada antes de que yo naciera.
Porque serías esa HERMANA que me abriría puertas, esa HERMANA de la que aprendería a ser mayor, esa HERMANA a la que querré como tal durante el resto de mi vida…
Te quiero y te querré sin motivo alguno, pase lo que pase, como si fuera tu madre, porque aún siendo más pequeña que tú, te cuido, te protejo, te defiendo. Simplemente porque me viniste dada. Sencillamente porque mi madre y mi padre, incluso antes de nacer, ya me habían premiado con tu presencia.
Porque gracias a ti comencé a valorar lo importante de la vida, a recapacitar antes de hablar, a pelear por no dejarte pisotear…a tantas y a tantas cosas.
Te quiero…porque te quiero. Simplemente porque eres tú, simplemente porque eres mi HERMANA.